La Fundación Amigos de Niñas, Niños y Adolescentes con Cáncer del Estado Trujillo “Arco iris de Esperanzas y Voluntades”, está conformada por dos (2) niveles. El nivel I constituido por Junta Directiva, Presidente, Dirección ejecutiva y una unidad de apoyo como es la secretaria de la junta directiva. El nivel II está conformado por una estructura lineal compuesta por un total de seis (6) unidades: Administración, Coordinación de Salud, Coordinación de Voluntariado; Coordinación Interinstitucional y dos Coordinaciones de Eventos. También existe una unidad de asesoría legal. Es importante señalar que existen equipos temporales conformados por miembros voluntarios, que se forman para atender uno que otro proyecto.
domingo, 12 de mayo de 2013
Principales Objetivos
-Garantizar que los niños, niñas y adolescentes con cáncer atendidos por esta fundación reciban:
Medicinas.
Exámenes y estudios.
Catéteres
- Asistencia integral, gratuita y especializada en las diferentes áreas de la salud integral que contribuyan a lograrla calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes que padecen de cáncer.
- Prótesis, sillas de ruedas, andaderas, muletas, entre otros.
- Apoyo, orientación y formación dirigida a sus padres, responsables, familiares y acompañantes, relacionado con el cáncer.
- Atención de un equipo interdisciplinario que constantemente este en formación, capacitación y actualización de los conocimientos médicos, técnicos y científicos de vanguardia para una óptima asistencia.
- Aportar ayudas económicas, partiendo de un informe social debidamente verificado por algún miembro de la fundación y/o trabajador social.
Misión
Es una fundación de carácter privado y social, conformada por ciudadanas que procuran contribuir a mejorar la calidad de vida de todos los niños, niñas y adolescentes que padecen cáncer, durante su tratamiento hasta su curación, a través de la coparticipación en la gestión de lo público, del estado, el empresario y la sociedad civil, en forma sustentable y sostenible. Contribuyendo de esta manera con la lucha contra el cáncer.
Visión
Ser la fundación reconocida a nivel local, nacional e internacional por su impulso a la colaboración y cooperación en la lucha contra el cáncer de los Niños, Niñas y Adolescentes del Estado Trujillo.
Reseña Histórica
Hoy, amigo invisible me atrevo a escribirte esta carta, con la ayuda de los mas gratos recuerdos vividos junto a quienes sin saberlo, han sido fuente de inspiración en mi nueva vida y de otros que tienen su confianza puesta en un Arco Iris, no de siete colores sino infinito, el cual cada día busca multiplicarse en miles de voluntades, las cuales seguramente serán las que nos acompañen en el largo o corto camino de la lucha por andar.
A través de estas líneas, te contare lo que al principio no parecía tener ni razón ni fin, solo sé que era el desvío de lo que creía ya una vida realizada, para comenzar un proceso que no esperaba y para el cual tampoco estaba preparada, donde solo existía el ¿Por qué?; no obstante, por comprender que esta es una escuela llena de aprendizajes, logre entender aquel camino por transitar, donde el amor, la fe y el optimismo eran la trilogía perfecta para “vencer y vivir”.
¿Sabes?, durante aquellos días cuando creía desmayar, escuche la voz inconfundible de Facundo Cabral, quien recitaba: “No estas deprimido, estas distraído”, recuerdo su voz diciendo “Y si tienes cáncer (…) pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (…) y si le ganas, serás más humilde, más agradecido”. Facundo me dejaba sin palabras, solo con fuerzas para seguir adelante. Como el, también llego a mi vida Tony Meléndez, a quien S. S Juan Pablo II, alentó a ser testimonio de vida, aquel hombre sin brazos, que tocaba la guitarra con sus pies, no me permitía tener excusas para no continuar. Allí, ya lograba entender el valor de lo que tenía a mi favor para lograrlo.
Asimismo, tuve la oportunidad de compartir con niños, niñas y adolescentes, a los cuales llame Guerreros Silenciosos, quienes batallaban en un mundo agitado y de bulla, donde quizás pasaban desapercibidos. A partir de ese momento volví a sentirme niña, frágil, vulnerable y porque no decirlo, con mucho miedo por el devenir. Durante los primeros días dependía de todos, era indiscutiblemente el inicio otra vez.
Los días eran diferentes, puedo decir que me dolía la vida, pero algo dentro de mí me decía que debía continuar, quizás y casi segura estoy que los pequeños guerreros que conocí en la sala del hospital, me alentaban a no desmayar. Ya no era solo yo, ya ellos eran parte de mí, sus caritas inocentes, su valentía, su cariño incondicional y sus manos sobre las mías eran más que suficientes para luchar.
Poco a poco fui conociéndoles y con ellos su realidad; aquella sala de quimioterapia que compartíamos, ya no era la misma ya que tenía su razón de ser, por lo tanto había que buscar la manera de transformar y alivianar la depresión, preocupación y dolor de quienes debíamos levantarnos, dejar nuestros hogares, familias y salir a recorrer largas horas de camino o bajar muchas escaleras de algún barrio de la ciudad, para llegar al lugar que nos prometía una esperanza de vida. Tengo marcado en mi memoria el recuerdo de muchas madres al llegar con sus hijos tomados de la mano o en los brazos, con la esperanza de encontrar la restauración de la alud de sus pequeños. De ellos, algunos han emprendido su viaje espiritual. Fue así como nació la Fundación “Arco Iris de Esperanzas y Voluntades”, lo que permite, que propios y extraños le tiendan la mano a los hijos e hijas del noble pueblo Trujillano.
Amigo, tu que lees esta carta, tu que en algún momento has tenido cerca de ti a un Guerrero Silencioso, te invito a no olvidar a quienes por circunstancias de la vida dejan los juguetes, la escuela y tapan su sonrisa, por la dura razón de lucha, para derrotar una patología como lo es el cáncer; bien decía Cabral “ayuda al niño que te necesita. El servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida”
Finalmente, te cuento que hoy me encuentro en los primeros 5 años de remisión, de los cuales, 2 de ellos han sido la recompensa de la larga lucha y que cuando me dicen que estoy bien, inevitablemente las lágrimas recorren mi rostro y paso los días con mucha alegría, con ganas de gritarle al mundo ¡Si se puede!, pero sobre todo, ando en el camino de cumplir con la misión de vida encomendada y así Mariela felizmente pueda decir: hemos podido regresar a la casa y me gozo en el privilegio de disfrutar junto a ellos, esta “aventura llamada vida”
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